La pureza de los líquidos es crucial para los procesos industriales y los productos resultantes. Además, la salud general de los trabajadores de las fábricas puede verse gravemente afectada, ya que el aire del interior de las fábricas suele estar entre tres y cinco veces más contaminado que el del exterior. Por esta razón, la aplicación industrial de filtros es imprescindible, especialmente para el aire que contiene cantidades significativas de contaminantes.
A la hora de montar una planta de procesamiento o producción, hay muchas opciones de filtros a su disposición. Sin embargo, no todas pueden conseguir la calidad y cantidad deseadas.
En este artículo, enumeramos cinco de los mejores tipos de filtros para uso industrial y explicamos por qué son ideales para determinadas aplicaciones.
Filtro de aire
Un aire libre de contaminantes es crucial para muchos procesos industriales y garantiza un entorno laboral en el que los trabajadores no enfermen a causa de los contaminantes de una fábrica.
La filtración del aire crea un entorno de trabajo seguro y reduce la contaminación en sus instalaciones. La filtración del aire es esencial para operar dentro de los límites permitidos por la EPA para los contaminantes atmosféricos.
Filtro ciclónico
Se trata de un tipo primario de filtro de aire y actúa como colector de polvo. Los filtros ciclónicos, también conocidos como separadores ciclónicos, se utilizan habitualmente como prefiltros para eliminar grandes contaminantes del aire antes de que el flujo de aire llegue a otros tipos de filtros.
Los separadores ciclónicos son valorados por su rentabilidad en el tratamiento de partículas significativas y por sus escasos requisitos de mantenimiento. Como suelen utilizarse como primera etapa del tratamiento del aire, la calidad de su diseño y sus materiales varían en función del entorno operativo. No es raro encontrar algunos equipados para tratar corrientes de aire corrosivas o extremadamente húmedas.
Precipitador electrostático
Un paso más en la purificación de los flujos de aire es la eliminación de las partículas cargadas eléctricamente, y aquí es donde entra en juego el ESP. Estas partículas suelen ser carbono no quemado producido durante la combustión de hidrocarburos. A menudo se encuentran en las chimeneas y ayudan a capturar el hollín y los gases de escape a la salida del flujo.
Los ESP son excelentes en lo que hacen. Pueden filtrar el 99 % de las partículas que se filtran en las chimeneas. Las fugas de carbono pueden tener graves consecuencias, como daños irreparables para la salud humana, y también pueden causar daños en los edificios colindantes.
Filtro HEPA
Si su flujo de aire contiene nanopartículas y los métodos anteriores no son suficientes, debe probar un filtro HEPA. Este filtro es lo suficientemente potente como para filtrar micro y nanopartículas como compuestos químicos, virus, bacterias y otras partículas del aire que pasa a través de él.
Un típico Filtro HEPA consiste en pequeñas mallas de fibras dispuestas aleatoriamente. Estas fibras pueden ser de celulosa, vidrio o sintéticas. Los filtros suelen ser muy eficaces y filtran agentes patógenos y contaminantes hasta un tamaño de 0,3 micrómetros. Tienen una eficacia de filtración del 99,99 % y son la forma más eficaz de tratamiento del aire.
Los filtros HEPA se utilizan para eliminar los siguientes contaminantes:
COV: Son compuestos orgánicos volátiles que se liberan al aire en forma de sustancias químicas cuando los materiales de construcción desprenden gases. Los COV también están presentes en los productos de limpieza y belleza.
Moho: El enemigo de muchos hogares, industrias y almacenes se combate eficazmente instalando filtros HEPA en el ciclo de filtrado del aire.
Virus y bacterias: Las bacterias moribundas liberan sustancias químicas conocidas como endotoxinas. En forma concentrada, las endotoxinas pueden provocar reacciones inflamatorias y endotópicas en pacientes asmáticos y no asmáticos.
Filtro de líquido
El aire no es el único líquido que hay que filtrar industrialmente. El agua es una parte crucial del proceso de fabricación. Por lo tanto, es importante eliminar las impurezas naturales y recogidas del agua antes de utilizarla. Si estas impurezas no se tratan, es probable que afecten a la calidad de los procesos y los productos resultantes.
Hoy en día se utilizan dos métodos principales para filtrar el agua. Veamos ambos.
Ósmosis inversa
Este proceso es cada vez más popular en todo el mundo, principalmente porque los equipos asociados prácticamente no requieren mantenimiento. La ósmosis inversa se utiliza para producir agua pura a partir de agua bruta. En este proceso, el agua se presiona a través de una membrana semipermeable, que elimina diversas impurezas a medida que atraviesa la membrana.
La ósmosis inversa es una solución respetuosa con el medio ambiente para las empresas que quieran seguir este camino. Las ventajas asociadas incluyen:
Costes más bajos: mientras que los costes de las soluciones ácidas y cáusticas para el tratamiento del agua aumentan, las tarifas de las membranas de ósmosis inversa han descendido rápidamente. Mejor aún, los costes energéticos son significativamente más bajos, ya que los sistemas de ósmosis inversa suelen ser eficientes desde el punto de vista energético. El sistema también puede instalarse directamente en la línea de producción y utilizarse como sistema de reutilización de aguas residuales.
Menos mantenimiento: Una vez instalados, los sistemas de ósmosis inversa apenas requieren mantenimiento, ya que son autónomos. Sus empleados sólo tienen que supervisarlos a diario para garantizar su buen funcionamiento. Las membranas suelen tener una vida útil de 2 a 3 años, en función del uso y la calidad del agua bruta. Además, sustituir las membranas del sistema es cuestión de horas y no de días, al igual que familiarizarse con los sistemas basados en resinas.
Sistemas de luz UV
Supongamos que se trata de procesos de producción química y biológicamente importantes, como los de productos farmacéuticos, alimentos, bebidas u horticultura. En este caso, necesita un excelente sistema de control de bacterias. Los sistemas de filtración por luz ultravioleta son conocidos por impedir que los organismos se reproduzcan sin afectar al pH, el sabor ni el color del agua.
El tratamiento UV es necesario para eliminar diversos contaminantes como el ozono, el bromo, el cloro y las cloraminas, así como muchos otros contaminantes orgánicos del agua. Los sistemas de tratamiento con luz UV son esenciales por varias razones, entre ellas:
Facilidad de uso: un sistema de filtro de luz ultravioleta no es invasivo, pero tiene una gran capacidad para combatir organismos. El grado de desactivación de patógenos depende de la dosis aplicada y de la susceptibilidad de los patógenos presentes en el agua. Los sistemas también pueden utilizarse para eliminar el ozono y el cloro del agua. Esta tecnología es útil en los casos en que no pueden utilizarse métodos convencionales de desinfección con cloro, como en acuicultura, horticultura, fábricas de cerveza, plantas farmacéuticas y fábricas de refrescos.
Eliminación de productos químicos orgánicos: En los casos en que necesite eliminar del agua productos químicos orgánicos como fenoles, urea, hidrocarburos poliaromáticos, etc., el uso de sistemas de tratamiento con luz UV es de gran ayuda.
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